Es una paradoja que aun reconociendo que lo que hoy se reforesta, pueda arder mañana en un superincendio, ese tampoco es un motivo para dejar de plantar árboles.
Lamentablemente, una de las consecuencias del Cambio Climático será el aumento de los incendios forestales. Este año, ya se han quemado en España 193.247 hectáreas, más del doble que en todo el año 2021.
Como en toda Europa, durante años últimos 100 años en España la masa de bosques se ha multiplicado por dos por efecto de cambio de los usos y costumbres tradicionales en primer lugar, y el abandono del campo, en segundo. En muchos lugares, la carrasca ha tratado de recuperar su viejo terreno.
Eso es mucho combustible para alimentar fuegos porque, desgraciadamente, no hay un modelo que promueva una gestión sostenible de los bosques. Más allá de recoger la madera que no se queme. También este cuidado es imposible cuando los habitantes actuales van desapareciendo y superando determinadas edades.
En caso de producirse clareos y limpiezas, los árboles crecen hasta mayor altura. Eso, además de producir mayores absorciones de CO2, los protege considerablemente de los incendios pequeños y, sobre todo, evita un riesgo mayor: los superincendios.
Por culpa del calentamiento global y el aumento de las sequías, año a año, irá aumentando la superficie de bosques quemados hasta que baje porque no haya más que quemar.
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